Se realizó, en el Salón Montevideo de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, una nueva jornada de diálogo interreligioso en la que se abogó por la paz. “En la Argentina somos 300 mil hermanos musulmanes, 300 mil hermanos judíos y algunos millones de cristianos”, dijeron.

En el salón Montevideo de la Legislatura porteña se realizó una nueva jornada de diálogo interreligioso en la que se abogó por la paz. El padre católico Claudio Caruso introdujo: “En la Argentina somos 300 mil hermanos musulmanes, 300 mil hermanos judíos y algunos millones de cristianos, por lo que en esta mesa estamos representados la mayoría de los argentinos”.

Nekin, teóloga en Turquía sobre Islam, explicó que “hace 7 años que vivo en Argentina, con mucha paz, que es muy importante”. Aclaró que “Islam, viene de salam, que significa paz” y lo diferenció de “el accionar violento de unos pocos que no pertenecen a la religión”.

La teóloga explicó que “ninguna religión nos ordena hacer cosas violentas”, ya que todas abogan por “vivir juntos respetando el uno al otro”. “Todos juntos podemos hacerlo, tenemos la fuerza. En Argentina podemos hacerlo, porque somos todos humanos”, afirmó Nekin y pidió por “un mundo de paz”.

El pastor Arturo Hotton recordó que pasaron 18 años de la celebración del año 2000. “Nadie puede comprar el tiempo, atraviesa las clases sociales, estratos, religiones, países, culturas”. Afirmó que “el tiempo es una medida que Dios dio para construir valores, mirar al prójimo”  y se mostró crítico de la afirmación por la cual se dice “que todo tiempo pasado fue mejor”, ya que “estamos matando al futuro”.

“Quizás no podemos cambiar al mundo, pero si podemos cambiar nuestra familia, nuestro ambito de trabajo, el mundo que nos rodea”, ya que es necesario “generar un espíritu solidario en el otro”.  Hotton recordó que “la ley de la siembra y la cosecha está en toda la Biblia” por lo que pidió: “no dejemos de sembrar el bien”.

El rabino Diego Elman comenzó su discurso afirmando que “vivimos en un país en el que el diálogo interreligioso es modelo en el mundo. Hoy es aceptado y bien visto, pero antes otros se jugaron la vida y trabajaron tanto para que este cambio se haya allanado”.

Recordó que “el cardenal Bergoglio, antes de ser el papa Francisco, nos visitaba en una sinagoga, antes del Janucá”. Explicó que “la navidad trae a luz a Jesús, mientras que la Janucá” es la fiesta de las luces. Recordó que “la paz no es la ausencia de conflicto, sino enfrentar el conflicto” para lo que dijo que es necesario esforzarse, vivir con justicia y deseo.

Aclaró Elman que “la religión no es un escape del mundo, es un compromiso con el mundo” y afirmó que “Dios está cuando me encuentro con el otro y veo en el otro la chispa de Él”. Abogó por “la paz y armonía entre todas las naciones del planeta”

Para finalizar Caruso dijo que “al hablar último, se aprende mucho”. Afirmó que “no se puede matar en nombre de Dios, como ocurre hoy, o como en la época de las cruzadas; no se debe” y aclamó: “¡No a la violencia!”. “La paz es fruto de la justicia y cada navidad debería ser mejor” y pidió “que no haya más tiempo para la división”, ni entre los argentinos ni entre los pueblos del mundo. Agradeció a la Legislatura, “la casa mágica del pueblo de la Ciudad” por el encuentro y al diputado Francisco Quintana (PRO) por haberlo facilitado.