“Mi memoria no se vende”
28 Junio 2022
Así se denomina el homenaje del artista Nandon en el marco del 28° aniversario del atentado contra la AMIA, que constará de una intervención en la vía pública y una muestra en la sede de la mutual.
El jueves 30 de junio, a las 18 hs., el Espacio de Arte AMIA inaugurará “Mi memoria no se vende”, una de las dos muestras que, bajo el mismo nombre, el artista Nandon (Fernando Salimbene) realizó en el marco del 28° aniversario del atentado contra la sede de Pasteur 633, al que se arribará el próximo 18 de julio.
Convocado por la institución para participar de una nueva acción de visibilización del reclamo de justicia, y con la inconfundible estética que usa en las creaciones que coloca en la vía pública, el artista llevó adelante un proyecto que, en el marco del considerado por AMIA como “Mes de la memoria”, contempla dos facetas. Por un lado, una intervención integrada por 500 carteles que ya fueron colocados en las calles cercanas a Pasteur 633, y una exhibición documental sobre el trabajo creativo realizado, que se podrá ver en el espacio de arte de la entidad.
Con los nombres de cada una de las 85 víctimas fatales del ataque terrorista, y con la proclama “Mi memoria no se vende”, los carteles pintados manualmente están ubicados en el área comprendida entre las avenidas Pueyrredón y Callao, y las calles Sarmiento y Marcelo T. de Alvear.
“Las frases en rojo sobre fondo aguamarina ya son características de nuestro recorrido urbano”, advierte sobre el arte urbano de Nandon, Elio Kapsuzk, director de Arte y Producción de AMIA y curador de la muestra. “Los carteles que conforman esta intervención en el espacio público, que es el territorio natural de los reclamos y las protestas, generan una operación difícil de describir: en una zona de muchísimo ruido visual, logran un silencio, una pausa, un lugar para la memoria y el pedido de justicia”, señala.
“Esta muestra tiene un significado especial para mí”, reconoce el artista plástico Nandon, quien estudió en la Escuela de Bellas Artes y hoy forma parte del colectivo Periferia. “Por más que yo haya nacido en 1995, siempre me estuvo resonando lo que pasó en la AMIA. Es una causa muy legítima y es muy importante seguir exigiendo justicia por algo que sucedió, y en la que nunca hubo condena a los culpables”, sostiene.
La exhibición "Mi memoria no se vende" podrá visitarse en el Espacio de Arte AMIA, gratuitamente, a partir de este jueves y hasta el martes 9 de agosto, en Pasteur 633. Para ingresar, solo es necesario concurrir con DNI.
ARTE URBANO POR EL RECLAMO DE JUSTICIA
“Hay tanta información en las calles en general y, en particular en el barrio de Once, que es muy difícil salir indemne de tanta contaminación visual. Carteles y avisos de todos los tamaños y de todos los temas conviven, se tapan y tratan de destacarse en una especie de selva gráfica”, señala el director de Arte y Producción de AMIA, en el texto curatorial que escribió sobre la muestra. “Sin embargo, cuando uno se choca con una obra de Nandon en la ciudad, es como si adquiriera cierto radar que nos dirige la mirada cada vez que estamos cerca de algunos de sus característicos carteles.”
Sobre el proyecto artístico realizado por iniciativa de AMIA, Kapszuk se refiere a los dos contenidos que Nandon materializó sobre un mismo dispositivo. “Por un lado una señalética de la memoria que nos recuerda, en obras individuales, a cada una de las 85 víctimas fatales del atentado. Y, por el otro lado, una declaración de principios donde plantea que la memoria no se vende, como acto innegociable”.
Las obras de Nandon fueron realizadas en forma manual. “Hay algo de la transmisión de la palabra que adquiere una fuerza inusitada cuando uno descubre el trazo a mano”, asegura el director de Arte y Producción de la institución. “Nandon logra una obra conceptual y contundente y para ello elige un camino alternativo a la poética contemporánea: vuelve a los orígenes de la comunicación gráfica donde la palabra hace sentido.”
Los 500 carteles que integran la muestra “Mi memoria no se vende” se convierten –asegura Kapszuk– “en una multitud que en forma estoica ejerce la más profunda resistencia traducida en la batalla contra el olvido y la impunidad”.