Certifican licencias laborales por violencia de género
22 Julio 2022
Hay 15 Centros Integrales de la Mujer en todo el territorio porteño, 1 por Comuna. La nueva disposición tiene el objetivo de acercar a cada barrio una herramienta necesaria para todas aquellas personas que hayan sufrido violencia de género, estén transitando su licencia y necesiten acreditarlo periódicamente en su lugar de trabajo.
La Dirección General de la Mujer del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat del GCBA, estableció una disposición a través de la cual las trabajadoras que cuenten con el derecho de la licencia por violencia de género, puedan tramitar su certificación en todos los Centros Integrales de la Mujer.
“A partir de ahora, en todos los CIM de la Ciudad cualquier trabajadora podrá acceder a la certificación de la licencia por violencia de género para poder presentar en su trabajo. Hay empresas y organismos que ya cuentan con este derecho, pero exigen presentación de denuncia y/o certificado de organismo especializado. No todas las mujeres quieren o pueden hacer la denuncia y eso no significa que no estén atravesando una situación de violencia. En los CIM contarán con un equipo especializado que les brindaran tratamiento terapéutico con perspectiva de género, asesoramiento y patrocinio legal, y acceso a políticas sociales, ahora también en los mismos CIM podrán solicitar que les emitan esta certificación para que la parte empleadora pueda otorgarle la licencia”, afirmó Carolina Barone, directora general de la Mujer del Gobierno porteño.
Cada vez más las organizaciones, empresas y organismos del Estado han incorporado este derecho específicamente y como parte del mismo, solicitan a las trabajadoras la presentación de una certificación especial realizada por un organismo especializado. Las situaciones más frecuentes en las que las mujeres en situación de violencia solicitan esta licencia en su trabajo es para: reponerse de lesiones, para mudarse, para hacer la denuncia, para asistir a una audiencia en el marco de la causa, entre otras.
“Aparecen ‘mitos’ de que inmediatamente las personas usarían este derecho ‘para no trabajar’, cuando precisamente el trabajo es una herramienta de autonomía. Casi siempre lo que sucede es al revés, el temor es a denunciar por posibles represalias que atenten contra su continuidad laboral, desarrollo y crecimiento profesional. También vergüenza, culpa, miedo por tener que solicitar este derecho a la licencia”, finalizó Barone.
Son 15 los CIM, Centros Integrales de la Mujer, que están habilitados para expedir certificados oficiales. Las mujeres que lo requieran, podrán presentar los Miami en sus trabajos y solicitar su licencia por violencia de género, si la situación lo requiere y su empleador tiene aprobada o contempla este tipo de licencias. Los CIM principalmente brindan asistencia integral a través de sus profesionales, en casos de violencia de género, también se pueden hacer consultas y recibir asesoramiento legal y psicológico.
Sumado a ello, la Dirección General de la Mujer en acuerdo con la Subsecretaría de Gestión de Recursos Humanos ya está trabajando con sus equipos especializados e interdisciplinarios para dar respuesta a los casos de violencia de género que se denuncian en los organismos del Gobierno de la Ciudad. En el último semestre se tramitaron un total de 224 casos de violencia de género en ámbito laboral en el GCBA, 131 fueron expedientes y 95 consultas.
Esta gestión, se puso en marcha el marco del Convenio 190 de la OIT sobre la violencia y el acoso en el mundo del trabajo este año en nuestro país y para cumplir con el protocolo de actuación para la prevención, tratamiento y erradicación de la violencia de género en el ámbito laboral del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, establecido por ley.
Las funciones de este equipo, son: intervenir en las denuncias y/o consultas, evaluar la situación de riesgo, determinar cuál es el procedimiento más adecuado de acuerdo al nivel de riesgo, atender y hacer seguimiento de la denuncia/consulta. El equipo interdisciplinario también podrá dar recomendaciones tanto para la denunciante, la persona agresora así como también la repartición donde presta servicio.
En este contexto, la Dirección de la Mujer puso en marcha también un espacio psico-socio educativo para varones que ejercieron violencia en el ámbito laboral.
Sobre el convenio OIT: Además de Argentina, actualmente, son diez los estados que ratificaron esta norma (Uruguay, Fiji, Namibia, Somalia, Ecuador, Italia, Grecia, Mauricio y Sudáfrica), pero solo estaba vigente en los primeros tres. Ahora, con la entrada en vigor en Argentina, el país puede ser sujeto de denuncia ante el incumplimiento del Convenio 190.
Sobre los Centros Integrales de la Mujer en CABA
Los Centros Integrales de la Mujer (CIM) son espacios donde las mujeres pueden acudir para obtener información y asesoramiento sobre sus derechos, como así también las herramientas necesarias para hacer frente a situaciones de violencia y lograr su empoderamiento. Su objetivo es promover los derechos de las mujeres y las políticas de igualdad de género de la Ciudad, de manera de poder construir una sociedad con igualdad de oportunidades y sin violencia.
Allí se brinda atención gratuita a mujeres víctimas de violencia de género a través de un abordaje integral que incluye asistencia psicológica y social, orientación y patrocinio jurídico. Las mujeres pueden comunicarse con los CIM telefónicamente, vía correo electrónico o personalmente. Luego, se pautan entrevistas -ya sea con turnos programados o por demanda espontánea cuando las mujeres llegan al Centro sin turno-. Los encuentros se realizan en presencia de una trabajadora social, una psicóloga y una abogada en los casos en que sea necesario.
También se conforman grupos para generar redes de apoyo, dirigido a familiares, amigos o cualquier persona significativa para la mujer que se evalúe confiable y positiva. Estos espacios son coordinados por una psicóloga y una trabajadora social. Su objetivo es brindar información sobre las características propias de la problemática, su dinámica y los efectos a nivel psicológico y social de las mujeres que han sufrido violencia, así como también fortalecer su rol de apoyo y acompañamiento de la mujer.
Por otro lado, se construye un espacio de empoderamiento con el fin de favorecer el proceso de recuperación emocional de la mujer, y así superar la disociación generada por la violencia entre el cuerpo, el pensamiento y las emociones.