Balance positivo
05 Marzo 2018
La temporada veraniega terminó con un buen balance. Entre la segunda quincena de diciembre y fines de febrero aumentó 6,2% la cantidad de visitantes frente al 2017. A pesar que unos 6,5 millones de argentinos habrían viajado a Uruguay, Brasil y Chile, el periodo superó las expectativas. Las ventas vinculadas al sector también crecieron, un 4,8% anual, aunque impulsadas principalmente porque más gente se trasladó.
La temporada 2018 terminó en positivo. En los dos meses y medio que duraron las vacaciones que se iniciaron el 15 diciembre y finalizaron el 28 de febrero, unos 29,7 millones de turistas viajaron por la Argentina, desembolsando un gasto directo de $117.854 millones.
Con un dispendio promedio diario de $880 por persona, la cantidad de viajeros creció 6,2% frente a la temporada anterior.
Los turistas viajaron con estadías promedio de 4,5 días. Muchos hicieron trayectos cortos de varias frecuencias o a diferentes destinos a lo largo del verano. Lo que más se buscó fueron las zonas de playas (mar, río, arroyos), seguido por las zonas de termas y montañas. También hubo mucho turismo que fue detrás de las propuestas culturales, recreativas y deportivas, que cada vez tienen más impacto en las decisiones de viajes.
La temporada se dividió en: 5,9 millones de personas que viajaron en la segunda quincena de diciembre, especialmente la última semana; 12 millones que se desplazaron en enero, con más gente en la segunda quincena; y 11,7 millones que viajó en febrero. Este año las primeras dos semanas de febrero fueron muy buenas porque coincidió con el feriado de carnaval. En cambio la segunda parte del periodo fue más floja, y especialmente cuando se compara con el año pasado (en 2017 el feriado de carnaval había caído sobre fin de mes).
Las ventas minoristas, incluyendo restaurantes y bares, crecieron 4,8%, según el promedio de empresas pymes consultadas en 40 ciudades del país. Las familias compraron poco vinculado a rubros que no hacen a sus vacaciones y eso se notó en las calles repletas de gente, pero que se trasladaban con pocas bolsas encima. Los negocios gastronómicos se mantuvieron con buen movimiento, mientras que comercios de rubros más tradicionales como indumentaria o calzados, vendieron poco.
La temporada podría haber sido mejor si no fuera porque 6,5 millones de turistas se fueron a veranear a las playas uruguayas, chilenas o brasileñas. Solo a Uruguay se estima que habrían llegado 2,5 millones de argentinos. En el caso de Chile, prevaleció el turismo shopping. También Estados Unidos se llevó su cuota de argentinos en este verano, con muchas familias que lo visitaron por primera vez.
Los precios del país en alojamiento y comida no estuvieron mal en comparación con destinos vecinos, registrándose un aumento promedio de entre 20% y 22% frente al año pasado.
Pero Argentina perdió al visitante que quiso aprovechar para comprar (turista shoppignero) y al que buscó mejor combinación de precio-calidad en hoteles y prestaciones, donde los tres países vecinos ofrecieron mejores condiciones.
La Costa Argentina, Entre Ríos, Córdoba, Mendoza, Cataratas del Iguazú, y Bariloche, estuvieron entre los destinos más buscados por los argentinos para estas vacaciones. Sólo a Mar del Plata habrían entrado más de 3 millones de turistas en el verano.