Campaña para combatir chicles pegados
08 Agosto 2017
El Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad puso en marcha una campaña de concientización para evitar que los vecinos tiren sus chicles en la vía pública. Previo al inicio de la campaña, se utilizó tecnología innovadora para remover 90.000 chicles pegados en Florida.
“Con esta campaña queremos que los vecinos tomen conciencia y tiren los chicles en los cestos. No solo ensucian las veredas, también es molesto para todos los que hemos pisado un chicle. Con un poquito de esfuerzo de todos podemos tener una ciudad más limpia y linda”, explicó Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad.
Durante los próximos días, una banda musical ejecutará hits populares y pegadizos en Florida. Junto a los músicos, habrá un promotor con carteles que irá completando un mensaje, placa por placa, palabra por palabra: “Por más canciones pegadizas y menos chicles pegajosos”. Al mismo tiempo, se distribuirán volantes a los peatones con mensajes alusivos a la campaña.
Se estima un consumo anual de chicles de 250 toneladas en todo el mundo. De acuerdo a estadísticas realizadas en grandes urbes, dentro de todos los desechos generados en la vía pública, los chicles comparten el primer puesto con las colillas de cigarrillos. Más aun, más del 80% de los chicles consumidos serían desechados en la vía pública.
El método de limpieza que se utilizó sobre Florida es innovador, eficiente, versátil. Se trata del más amigable con el medio ambiente ya que no genera residuos secundarios, no requiere el uso de solventes ni químicos y su principal insumo es reciclado de otros procesos industriales.
Para la remoción de los chicles se utilizó la limpieza criogénica: hielo seco suave con un aditivo especialmente desarrollado. La baja temperatura (-79ºC) provoca la contracción desigual de la capa residual y la superficie subyacente, debilitando la adherencia entre ambos. Cuando el hielo seco sublima, el aumento violento del volumen termina de desprender el recubrimiento. Una vez que el chicle es despegado se limpia el espacio.
Habitualmente los chicles están hechos a base de materiales no biodegradables (látex natural o sintético, caucho o cera), traduciéndose en un problema en las calles, veredas, paradas de colectivos, estaciones de trenes y plazas. Cuando se solidifican logran un altísimo nivel de adhesión al sustrato y resulta sumamente dificultoso removerlos.
Los chicles pegados constituyen focos de infección: Se estima que pueden contener hasta 70 mil bacterias y hongos; son mortales para la fauna: animales como las aves suelen confundirlos con alimentos; y ensucian y alteran la imagen urbana.
A nivel mundial ha comenzado a ser reconocido como una cuestión principal a la hora de evaluar la limpieza de las ciudades y su conciencia ciudadana. Muchos países ya cuentan con grupos de acción promoviendo la concientización ciudadana y su limpieza.