El peronismo que viene
14 Julio 2025
Por Gustavo Mendelovich
Dirigente peronista – CABA
El peronismo atraviesa una encrucijada. Lo digo con la certeza de quien camina la ciudad todos los días, habla con vecinos, escucha a compañeros, y sabe que el movimiento que alguna vez fue sinónimo de transformación hoy está desconectado de la realidad de millones. No es pesimismo, es honestidad brutal: si no cambiamos de fondo, no volvemos más.
No se trata de renegar de nuestra historia. La reivindico, la defiendo y la llevo en la piel. Pero el país cambió. Cambió la gente, cambió el trabajo, cambió la vida. Y frente a eso, no podemos seguir repitiendo fórmulas viejas, ni discursos que ya no conmueven a nadie. Mucho menos seguir atados a los mismos nombres de siempre, que parecen más preocupados por su lugar que por el destino colectivo.
El peronismo necesita una nueva generación. No de slogans, sino de gestión. Gente que sepa resolver problemas, tomar decisiones, rendir cuentas. Que no tenga ataduras con el pasado, ni deba favores a estructuras oxidadas. Que venga a sumar trabajo, capacidad y una mirada moderna, sin los vicios de la vieja política.
Yo no vengo a buscar un cargo. Vengo a decir lo que muchos piensan pero pocos se animan a decir: el peronismo tiene que dejar de girar en torno a liderazgos mesiánicos y empezar a construir poder con otros valores. Transparencia, austeridad, cercanía, resultados. Hay otra manera de hacer política, y hay compañeros y compañeras listos para dar ese paso. Solo falta que se les abra el camino.
Formo parte de una generación que se hizo de abajo, en la calle, en el Estado, en la empresa. Que no aprendió de manuales, sino del hacer cotidiano. Y que cree que el peronismo todavía puede ser una herramienta para transformar la realidad, si vuelve a poner en el centro a la gente, y no a los dirigentes.
No quiero ser parte de lo que está. Quiero ser parte de lo que viene. Y para eso hace falta coraje, autocrítica y decisión. El peronismo no está terminado. Pero tampoco tiene garantizado su lugar en el futuro. Dependerá de nosotros. De si nos animamos a cambiar, o si preferimos quedarnos cómodos, mirando cómo la historia sigue sin nosotros.