Geriátricos: Las víctimas invisibles
15 Julio 2020
Por María Roberta Perujo Rivas
CDO de adnciudad.com
Cuando el COVID19 irrumpió en Europa como una bomba nuclear, las primeras víctimas indefensas fueron quienes vivían en las residencias para mayores. Países como Italia, España, Inglaterra o Bélgica vieron como sus mayores morían despiadadamente, en manos de este nuevo virus.
Acá en Argentina, la bomba caía, pero con aviso. Ya se sabía cómo se contagiaba y quienes eran los blancos más débiles. Es así que escuchamos a las autoridades, hablar una y otra vez de proteger a los adultos mayores, a quienes no se les permitió salir de sus casas. Los geriátricos y los barrios más humildes serían las víctimas más vulnerables por lo que había que "extremar los cuidados".
Vimos y escuchamos día y noche hablar de eso y de las medidas que se estaban tomando, pero no fue así. Muchas de las víctimas fatales que tenemos en nuestro país provienen de esos lugares, pero con una diferencia entre estos grupos, las personas que viven en una residencia para mayores no tienen ni grupos humanitarios que los defiendan, ni líderes barriales dispuestos a dar la cara por ellos, ni sindicatos apoyándolos. Tampoco les interesa a los políticos, ya que por su edad ni siquiera votan, entonces esas personas sólo tienen a sus familias.
Familias que están desesperadas por un diagnóstico que se parece más a una sentencia de muerte que a un simple resultado de un laboratorio, aunque a los médicos poco les importe.
Familias que son juzgadas porque muchos dicen: “Se merecen lo que les pasa por dejar a un ser querido en un geriátrico”.
Familias que no reciben apoyo ni de las instituciones, ni de las autoridades locales... mientras tanto en los noticieros, esas mismas autoridades se llenan la boca diciendo que "se testea masivamente en estos lugares". ¡Mentira!.
Estos adultos mayores son las víctimas que a nadie le importan, porque total "ya son grandes, de algo deben morir, si las familias los querían no debieron dejarlos ahí", piensan muchos.
Nadie que no pasó por esto, entiende lo que significa que esa “bomba” haya caído en un ser querido, nadie tiene idea lo que se sufre a partir de un diagnóstico positivo. ¿Se imaginan lo que es estar más de 120 días sin verlos y en muchos casos no poder despedirse?.
Acaso, ¿alguno escuchó en estos 120 días de cuarentena que se hablara de cuántos son los adultos mayores que fallecieron y que residían en un geriátrico? o ¿Creen que lo que sale en televisión es real?.
Alguna autoridad, organismo o político se preguntó ¿qué pasaba con aquellas familias que perdían a un ser querido y no sólo no tenían consuelo, sino tampoco justicia?.
Durante esta pandemia, se habló mucho de que todo parecía irreal, pero hay algo que sí es real y nadie ve, y son los miles de adultos mayores víctimas de este sistema perverso. Un sistema que no los contiene, un sistema con gente que los ignoró y a los que lograron salvarse, no los apoyó en nada.
Luego de esta guerra habrá miles de familias que debieron luchar solas y seguramente, nadie será juzgado como responsable de estas muertes que no tenían por qué ocurrir.