Después de un año de investigación, la Policía de la Ciudad desbarató una organización que confeccionaba prendas y falsificaba marcas en un taller ubicado en el centro porteño para luego venderlas en locales del barrio de Flores.
Personal de la División Delitos Tecnológicos Informáticos Complejos inició las tareas hace un año luego de ingresar una denuncia por detectarse en una página de internet varios artículos de indumentaria de importantes marcas a un precio muy bajo, con respecto a su valor original. En total, fueron detenidas cuatro personas y se incautaron más de 1.300 prendas, las máquinas del taller y se cerraron los cuatro negocios involucrados.
Los productos eran tan bien hechos que los peritos de las marcas involucradas reconocieron el trabajo e indicaron que fue la primera vez que encontraron una banda que copiaba sus logos y diseños.
“La falsificación y venta ilegal de indumentaria es un delito que atenta contra todos aquellos argentinos que día a día eligen trabajar de manera honesta y cumpliendo con todas las obligaciones que esto conlleva. Por eso es muy importante para nosotros terminar con este mercado paralelo que empobrece nuestra sociedad. Dentro de lo legal todo, fuera de la ley nada, seremos implacables con los delincuentes”, remarcó hoy el ministro de Justicia y Seguridad, Eugenio Burzaco, al repasar los resultados del allanamiento junto a los integrantes de División Delitos Tecnológicos Informáticos Complejos de la Policía de la Ciudad.
Los efectivos arrancaron la investigación y dieron con un matrimonio que residía en la localidad bonaerense de González Catán que eran quienes vendía estas prendas en dos locales de Flores.
Además, estaba involucrada en la organización una pareja de nacionalidad peruana que también comercializaba esta indumentaria con marcas falsificadas, generalmente con las insignias de Adidas, Nike, Lacoste y Tommy Hilfiger.
Al avanzar la investigación se llegó a un domicilio ubicado en el cruce de la avenida Córdoba y la calle Uruguay, en el barrio de Retiro, donde se evidenciaron movimientos de la organización con el ingreso y salida de personas con material para la confección de prendas.
En consecuencia, y con la anuencia del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Número 11, a cargo del doctor Julián Ercolini y ante la Secretaría 21, se implantó un sistema de vigilancia especial para monitorear los movimientos de la propiedad. .
“Las más de sesenta horas de filmación de las cámaras colocadas por el personal de la División Delitos Tecnológicos Informáticos Complejos otorgaron la evidencia necesaria comprobar la actividad ilícita”, afirmó Burzaco.
Y agregó: “Se veia como ingresaban bultos de telas y sacaban prendas confeccionabas y hasta se comprobo que la gente vivia ahi en condiciones infrahumanas ya que entraban alimentos, garrafas y los niños a la noche jugaban en la vereda”.
Con la información recabada, el magistrado a cargo del caso autorizó el allanamiento en la propiedad, donde se descubrió que había un taller que confeccionaba las prendas que luego se iban a comercializar en los locales de Flores.
En la propiedad de Retiro vivían en un sótano en pésimas condiciones unas 30 personas mayores de edad que trabajaban en las máquinas para la elaboración de ropa y 15 menores. Además, el edificio no contaba con las medidas de seguridad necesarias para no poner en riesgo a los habitantes. Las personas fueron puestas a resguardo por organismos y programas del Gobierno porteño, mientras que el edificio recibió la inspección de Defensa Civil y la Agencia Gubernamental de Control (AGC).
Los integrantes de la organización llevaba las telas a este taller, allí se confeccionaban las prendas y estas eran derivadas a los locales de Flores, donde se les incluían los estampados para luego ser ofrecidos a la venta.
En simultáneo, el juez ordenó seis procedimientos más, en un domicilio en González Catán, y en locales dentro de la Ciudad de Buenos Aires ubicados en Bacacay al 3400 en la avenida Nazca y en Campana al 600.
En cuanto a los elementos incautados, los oficiales secuestraron 710 pantalones Nike, 12 pares de ojotas, 340 remeras Adidas, 103 buzos, 37 pares de zapatillas Nike, 6 riñoneras, 6 mochilas Adidas, 77 camperas, 1 bolso, 8 gorras Adidas, 400.000 pesos, una máquina etiqueteadora, agendas, remitos y otros documentos de facturación.
Todo el material secuestrado tiene un valor en una tienda oficial de 48 millones de pesos, mientras que en el mercado negro y con las marcas falsificadas oscila en los 12 millones.
En cuanto a los detenidos, fueron trasladados un hombre de 36 años y tres mujeres (dos peruanas de 36 y 57 años, y una argentina de 35) y quedaron a disposición de la Justicia. Además, el otro sujeto involucrado en la organización, de nacionalidad peruana, fue imputado en la causa por falsificación de marcas (Ley 22.362) en su arribo a la Ciudad de Buenos Aires.