“Vimos a la Cristina de siempre, falaz y autoritaria”
15 Septiembre 2017
Así lo aseguró este viernes, luego de la entrevista realizada a la ex presidente Cristina Kirchner, el subsecretario de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires y candidato a diputado nacional por Vamos Juntos, Jorge Enríquez
Jorge Enríquez, Subsecretario de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires y candidato a diputado nacional por Vamos Juntos, sostuvo que “la reaparición pública de la señora de Kirchner en una entrevista con el periodista Luis Novaresio nos retrotrajo a un pasado tan cercano en el tiempo como lejano de nuestra realidad actual. Hubo un eco de aquellas interminables cadenas nacionales en los largos y confusos monólogos de la ex presidente, pero la novedad, que la incomodó profundamente, fue que debía responder a preguntas y a veces también, para su espanto, a repreguntas. Ese ejercicio republicano le produjo evidentes molestias, que no pudo disimular pese a intentar desempeñar el papel de dirigente moderada y de buenas maneras que viene ensayando en sus actos proselitistas”.
Enríquez afirmó que “no hay nada nuevo bajo el sol kirchnerista. El libreto es el de siempre, con algunos pequeños pero significativos ajustes para adecuarlo a los tiempos actuales. Así, por ejemplo, llamó la atención que dijera que en Venezuela no rige el Estado de Derecho, extraño diagnóstico en quien durante años se exhibió como admiradora y amiga tanto de Chávez como de su sucesor Maduro. Pero para matizar ese abrupto giro, dictaminó que tampoco en la Argentina hay Estado de Derecho, lo que nos lleva a preguntarnos si acaso la abogada exitosa faltó a la Facultad de Derecho el día que enseñaban ese concepto”.
“Fue llamativo, además -agregó el candidato-, que declarara que sintió odio por José López al enterarse del famoso revoleo de bolsos en el convento, siendo que ese funcionario fue la mano derecha del hombre más cercano a los Kirchner en materia de obras públicas, Julio De Vido. Quizás el odio se haya originado en la escasa profesionalidad de López para ocultar los dineros mal habidos. Por lo demás, resultó desopilante su 'autocrítica' (algún asesor de imagen le habrá indicado que queda bien deslizar alguna), que consistió en señalar que el tono que empleaba en las cadenas nacionales pudo no ser el adecuado -como si las propias cadenas interminables y frecuentes no fuera el verdadero problema- y le pidió disculpas al presidente Macri por si se había ofendido cuando no le entregó los atributos del mando. Tal es su falta de republicanismo que pronunció esa disculpa insincera, tardía y oportunista como una cuestión meramente personal, en lugar de entender que había ofendido a la institucionalidad de los argentinos”.
“En definitiva -concluyó Enríquez-, detrás de algunos forzados retoques cosméticos está la Cristina Kirchner de siempre, falaz y autoritaria. Solo nos sirvió la entrevista para comprobar una vez más que su tiempo ya pasó, que el cambio producido es copernicano y que en octubre se consolida un rumbo de progreso y de equidad social”.