Los trabajadores de la línea B del subte resolvieron continuar este viernes con el paro que realizan en rechazo a una “sanción injustificada” contra un empleado y que provoca la interrupción total del servicio. La medida de fuerza afecta a unos 340.000 pasajeros.

La decisión se tomó pese a que Metrovías -concesionaria del servicio- modificó la medida disciplinaria contra el trabajador. Esa decisión, retroactiva, implica que el empleado debe presentarse este viernes a cumplir con sus tareas. Pese a ello, una asamblea decidió mantener la medida de fuerza.

La primera jornada de huelga provocó la paralización total del servicio de la línea B. Según los metrodelegados, se debió a una “sanción injustificada” adoptada por Metrovías contra el trabajador. Claudio Dellecarbonara, delegado de la línea, afirmó que el empleado primero fue suspendido y la "intención de la empresa es desvincularlo".

El gremialista expresó que el empleado tiene un hijo discapacitado y que la empresa “desconoce esa situación, ya que no le reconoce los días que le corresponden para atenderlo”.

Metrovías, a través de un comunicado, repudió la decisión y argumentó que el empleado sancionado “ha tenido faltas laborales graves y reiteradas”.

“Dicha persona acumula más de 20 sanciones por ausencias injustificadas y, recientemente, al ser notificado de una nueva suspensión, agredió y amenazó a su superior”, indicó.

El resto de las líneas del subte porteño prestó el jueves sus servicios con normalidad. La conducción del gremio de los metrodelegados, con la que Dellecarbonara mantiene una interna desde hace tiempo, no se pronunció al respecto.