Niños a bordo: mitos y verdades para viajes seguros
10 Enero 2025
Llevar a los niños de forma segura en el auto no es sólo una cuestión de comodidad, es una medida que salva vidas. Pediatras del Hospital de Clínicas de la UBA realizaron una serie de recomendaciones sobre el uso correcto del Sistema de Retención Infantil (SRI), que reduce significativamente el riesgo de lesiones graves en accidentes.
En el período de vacaciones, donde muchas familias eligen utilizar el auto para trasladarse, es muy importante tener en cuenta cuales son las medidas de seguridad que hay que tener para evitar tragedias. Pediatras del Hospital de Clínicas de la UBA realizaron una serie de recomendaciones sobre el uso correcto del Sistema de Retención Infantil (SRI).
“Desde el momento en que un bebé egresa de la maternidad, debe viajar en un SRI. Para los más pequeños, el asiento debe estar orientado en sentido contrario a la marcha y colocado en el asiento trasero, nunca delante de un airbag. Esta posición es crucial para proteger su cuello y columna” comenta la Dra. Vanesa Fulco (M.N: 109.244), del departamento de Pediatría del Hospital de Clínicas de la UBA.
A medida que crecen, los niños de 9 meses a 3 años pueden continuar en la misma posición o cambiar a un asiento orientado hacia adelante, pero siempre en la parte trasera del vehículo. De los 4 a los 12 años, el uso de un booster o almohadón elevador con cinturón de seguridad ajustado correctamente es obligatorio. Además, Fulco comenta que elegir un asiento de seguridad adecuado requiere prestar atención a factores clave como el tamaño del niño, la compatibilidad del asiento con el vehículo y su facilidad de limpieza. Si bien los asientos de segunda mano son una opción válida, es fundamental verificar que estén en buen estado, sin daños visibles ni fallas en los sistemas de amarre y sujeción.
La especialista alerta sobre errores como instalar mal el SRI, dejar los cinturones flojos o pasar prematuramente al booster, que pueden ser fatales. El cinturón del auto debe apoyarse en los hombros y caderas del niño, nunca en el cuello. Además, la ropa ajustada o de materiales sintéticos puede generar incomodidad y aumentar el riesgo de lesiones en un impacto. “En cuanto a los vehículos con airbags delanteros, los menores de 12 años o con estatura inferior a 150 cm y peso menor a 36 kg deben evitar esta zona del auto. Si viajan adelante, las butacas deben estar lo más alejadas posible del tablero” remarca la pediatra.
Incluso en trayectos cortos y poco transitados, está prohibido llevar niños sin cinturón o en la caja de camionetas. “Después de un accidente, aunque sea leve, se debe inspeccionar el SRI para asegurarse de que no haya sufrido daños. Al comprar un SRI, se recomienda probarlo con el niño y el vehículo para garantizar que se ajuste correctamente” comenta Fulco.
“En un choque a 50 km/h, el auto se detiene abruptamente contra el obstáculo, pero los cuerpos de los ocupantes continúan moviéndose hacia adelante a la misma velocidad que traía el vehículo, impulsados por una fuerza que equivale a 40 veces su peso", explica la Dra. Vanesa Fulco. Esta fuerza, resultado de la desaceleración brusca, puede hacer que quienes no estén atados golpeen contra el parabrisas y otros ocupantes del vehículo. Además, los pasajeros traseros, si no están sujetos, serán lanzados hacia adelante con esa misma fuerza, poniendo en riesgo a todos los ocupantes. "La velocidad y la desaceleración brusca también hacen que un bebé se suelte de los brazos de quien lo sostiene, lo que es una causa frecuente de traumatismos y muertes en accidentes automovilísticos", añade Fulco. Por eso, es fundamental que los adultos y niños mayores usen siempre cinturones de seguridad, mientras que los más pequeños deben viajar en sillas especiales, adecuadas a su estatura y fijadas al asiento del vehículo. Según la Ley Nacional de Tránsito, todos los menores de 10 años deben ir siempre en los asientos traseros para maximizar su seguridad.
¿Qué hacer frente a un accidente?
En los momentos que siguen a un accidente, cada segundo cuenta. La "hora de oro" es un concepto crucial: ese período de 60 minutos tras el incidente en el que una atención rápida y adecuada puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Según la Dra. Fulco, “Hay una hora de oro entre la vida y la muerte. Hay que estar atentos entonces, porque lo que no fue mortal en ese momento lo puede ser días o semanas después”. Durante esta hora, las principales causas de fallecimiento suelen ser la obstrucción de las vías aéreas y la pérdida de sangre, problemas que pueden evitarse con la intervención correcta.
El primer paso es activar la Cadena de Supervivencia, donde la persona que llega primero al lugar del accidente cumple un rol fundamental. A través del protocolo P.A.S. (Proteger, Alertar y Socorrer), se busca garantizar la seguridad de todos los involucrados y brindar la asistencia necesaria:
Proteger: Asegurarse de no poner en peligro la propia vida al aproximarse al lugar. Utilizar elementos de visibilidad como chalecos reflectantes, señalizar el área con triángulos o luces de emergencia, y evitar movilizar a los heridos, salvo que exista un peligro inminente.
Alertar: Llamar inmediatamente a los servicios de emergencia (112 o 911). Es fundamental proporcionar información clara: ubicación exacta, número de heridos, tipo de vehículos involucrados y si existen riesgos adicionales como fuego o derrumbes.
Socorrer: Si se cuenta con formación en primeros auxilios, evaluar funciones vitales como la conciencia, la respiración y la circulación. En caso de paro cardiorrespiratorio, realizar RCP siguiendo los protocolos adecuados. Si es necesario mover a un herido, hacerlo manteniendo el eje cabeza-cuello-tronco para evitar daños mayores, especialmente en casos de posibles lesiones cervicales.
“Mantener la calma es esencial. Recordar que cualquier acción, por pequeña que parezca, puede ser vital para la supervivencia de las víctimas. Si no se tiene formación en primeros auxilios, limitarse a proteger el lugar y dar aviso rápido a los servicios de emergencia es la mejor contribución” comenta la pediatra.
“Transportar a los niños en el auto no es una actividad para tomar a la ligera. Las normas y recomendaciones deben ser respetadas y esto hace la diferencia entre proteger la vida de los más pequeños o ponerla en peligro” finaliza la especialista.